En la mayor parte de los sectores empresariales, las organizaciones dedicadas al aprovisionamiento han invertido en el “cumplimiento de sus proveedores” en materia de RSE, medioambiente, ámbito social, gobernanza, sostenibilidad, reglamentación y otros aspectos relacionados con el riesgo. No obstante, tras varios años aplicando un programa de compra responsable, muchas de estas organizaciones tienen la sensación de pasar por alto el tema del rendimiento decreciente por tener un enfoque basado únicamente en el “cumplimiento”. La gestión de riesgos se transforma en un inagotable ejercicio táctico en el que hay que evaluar una y otra vez los mismos riesgos, hasta convertirse en una puerta giratoria.
En este artículo se examinan las buenas prácticas aplicadas por las empresas de aprovisionamiento que han sabido generar valor añadido tras replantear por completo sus programas de compras sostenibles. Hay cinco elementos clave que han permitido a estos líderes hacer que sus programas se centren en el desempeño, un desempeño que logre implicar a sus socios comerciales con la generación de valor a largo plazo. Desde la primera etapa de “alineación de la estrategia” hasta la quinta y última de “innovación conjunta”, estas empresas no solo están viéndose recompensadas a nivel de reducción de riesgos, refuerzo de su marca y aumento de los ingresos, sino que también están mejorando su impacto total sobre el planeta y las comunidades con las que trabajan.